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Livingstone

David Livingstone (1813-1873), médico y misionero escocés, considerado como uno de los más importantes exploradores de África.

El doctor David Livingstone fue uno de los más grandes exploradores del continente africano y un enemigo acérrimo de la trata de esclavos. Cuando en la década de 1860 se dedicó a explorar el corazón de África, no se supo nada de él durante varios años. Su larga ausencia se convirtió en un asunto de interés internacional, por lo que en 1869 el New York Herald envió en su busca al explorador Henry M. Stanley, quien finalmente localizó a Livingstone en noviembre de 1871 en una aldea a orillas del lago Tanganica. Stanley se presentó a Livingstone con el famoso y flemático saludo: «El doctor Livingstone, supongo».

Nació el 19 de marzo de 1813, en Blantyre, Escocia. En 1823 empezó a trabajar en una fábrica textil. Más tarde, mientras estudiaba medicina en Glasgow, asistió también a clases de teología. En 1838, ofreció sus servicios a la Sociedad Misionera de Londres, y cuando terminó sus estudios de medicina en 1840, se ordenó y partió para su primer servicio como misionero médico a África del Sur. En 1841 llegó a Kuruman, una colonia en Bechuanalandia (en la actual Botsuana) que había sido fundada por el misionero escocés Robert Moffat.

Livingstone empezó a trabajar con la población de Bechuanalandia, y desde allí pretendía continuar avanzando hacia el norte, a pesar de la declarada hostilidad que ejercían los bóers, colonos de raza blanca, principalmente de ascendencia holandesa. Contrajo matrimonio con Mary Moffat, hija de Robert Moffat, en 1845, y empezaron a trabajar juntos, adentrándose en regiones donde ningún europeo había llegado antes que ellos. En 1849 cruzó el desierto de Kalahari y descubrió el lago Ngami. En 1851, en compañía de su mujer y sus hijos, descubrió el río Zambeze. En otra de sus expediciones (1852-1856), cuando buscaba una ruta para cruzar desde la costa este hasta la oeste, viajó hacia el norte desde Ciudad de El Cabo hasta el río Zambeze, y después hacia el oeste hasta Luanda, en la costa atlántica. Cuando hacía el viaje de vuelta al Zambeze, Livingstone siguió su cauce hasta la desembocadura en el océano Índico, lo que le permitió descubrir las cataratas Victoria (1855).

Las exploraciones de Livingstone sirvieron para hacer una revisión de los mapas existentes en aquel tiempo. Cuando regresó al Reino Unido en 1856 fue recibido como un gran explorador, y además, gracias a su libro Misiones e investigaciones en el sur de África (1857) se hizo famoso.

En 1858 abandonó la compañía misionera y el gobierno británico le nombró cónsul en Quelimane (actual Mozambique), en la costa este de África, y jefe de una expedición de exploración por la región central y oriental de África.

Cuando volvió al continente africano en 1858, se dirigió con la expedición a la cabecera del río Shire, un tributario del Zambeze, y descubrió el lago Nyasa (denominado en la actualidad lago Malawi). En 1859 exploró el río Rovuma y descubrió el lago Chilwa. Cuando exploraba las tierras que rodean el lago Nyasa, Livingstone empezó a tomar conciencia de las terribles consecuencias que estaban padeciendo los indígenas africanos por el tráfico de esclavos al que eran sometidos por parte de árabes y portugueses.

En 1865, durante una de sus visitas a Inglaterra, escribió Relato de una expedición al Zambeze y sus afluentes, que era una condena del comercio de esclavos y un estudio de las posibilidades comerciales de la región (que actualmente ocupa la mayor parte de Malawi y Mozambique). En 1866, gracias principalmente a la financiación desinteresada de amigos y admiradores, Livingstone dirigió una expedición que pretendía descubrir las fuentes del río Nilo y explorar la línea divisoria de las aguas de África central. Después, siguió el cauce del río Rovuma, descubrió los lagos Moero y Bangweulu, y llegó al lago Tanganica en 1869.

Durante el tiempo que duró la expedición se tuvieron muy pocas noticias de Livingstone, lo que provocó una situación de preocupación internacional por la suerte que hubiera podido correr el explorador. Mientras tanto, en 1870, Livingstone emprendía viaje desde Ujiji, en el lago Tanganica, hacia las tierras situadas al oeste del lago, y se convirtió en el primer europeo que llegó al río Lualaba, en la actual República Democrática del Congo (ex Zaire). Después de haber sufrido grandes penalidades, regresó a Ujiji, donde se encontró con una partida de rescate que dirigía Henry Morton Stanley, un periodista angloamericano, de quien se cuenta la anécdota que saludó al explorador con el famoso comentario: “el doctor Livingstone, supongo”.Después, los dos exploraron juntos las tierras del norte del lago Tanganica. Livingstone, esta vez en solitario, continuó su búsqueda del nacimiento del Nilo. Falleció en Chitambo (en lo que actualmente es Zambia), seguramente el 30 de abril de 1873, y su cuerpo fue encontrado el día 1 de mayo. Sus sirvientes enterraron su corazón bajo el árbol en que había fallecido y trasladaron su cuerpo a Zanzíbar, en la costa oriental africana. En abril de 1874, sus restos fueron definitivamente enterrados en la abadía de Westminster.

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